La labor de Serigrafía de la Gringa empezó en 2008, después de que su fundadora Ashley Williams visitara a su vecina, injustamente sentenciada, en la cárcel de Santa Teresa. Las reclusas le pidieron a Ashley ayuda para poder trabajar y mantener a sus familias desde prisión.

Sin experiencia previa, la Gringa y las reclusas aprendieron a hacer serigrafía a través de videos de Youtube. Desde entonces, más de 12 años después, Serigrafía de la Gringa se ha posicionado como un emprendimiento social reconocido cuyo trabajo en Guatemala ha impactado las vidas de muchísimas personas dentro y fuera de la cárcel.

El ciclo vicioso de la violencia en Guatemala

Nuestro país es un país pobre. Los índices de pobreza medida por ingreso, de acuerdo a cifras del PNUD, nos muestran que 90.6% de la población vive en precariedad.

62.4% de la población vive en pobreza media, ganando US$2 al día.
29.6% vive en pobreza extrema
3.6% vive en pobreza severa

Y la violencia tiene múltiples causas; las amplias brechas de desigualdad social y económica, un sistema de bienestar social débil, falta de acceso a educación, servicios de salud y oportunidades económicas.

Estas son las causas por las cuales actualmente hay 25 mil personas privadas de libertad en Guatemala, sin posibilidad de trabajar y mantener a sus familias. Como consecuencia, 90% de las más de 15 mil extorsiones anuales son dirigidas por privados de libertad desde la cárcel.

La Serigrafía de la Gringa busca generar trabajo para las personas privadas y ex privadas de libertad en Guatemala y así interrumpir el ciclo de violencia generado por la pobreza y desigualdad social.

Pagamos cuatro veces más que el promedio de ganancia percibida por extorsiones, lo que nos ha llevado a alcanzar un 0% de reincidencia en los beneficiarios de nuestro programa, en comparación al 80% de reincidencia a nivel nacional.